domingo, 16 de mayo de 2010

Eterno Retorno en Borges


El mito del Eterno Retorno también tuvo su impacto en la obra de JORGE LUIS BORGES, sobre todo en la concepción cíclica del tiempo.
La noción de Tiempo Circular aparece repetidamente en la obra de Jorge Luis Borges, aunque modificada. La imagen del mito del eterno retorno se adivina en varias de las obras de este escritor argentino...
Borges habla de un tiempo circular, dando a conocer lo que para él es el reflejo del eterno retorno: la repetición cíclica infinita, como avance infinito hacia el punto de partida, recorriendo la circunferencia finita para volver al mismo punto. La repetición sería lo que destruye esa secuencia lineal tan propia de la historia (de la misma forma en que la repetición se vuelve un concepto fundamental y necesario para la teoria de nietzsche).
En concreto, la idea aparece en uno de sus tantos cuentos, El jardín de los senderos que se bifurcan:
"Antes de exhumar esta carta, yo me había preguntado de qué manera un libro puede ser infinito. No conjeturé otro procedimiento que el de un volumen cíclico, circular. Un volumen cuya última página fuera idéntica a la primera, con posibilidad de continuar indefinidamente..."


El mito del Eterno Retorno (Friedrich Nietzsche)

Friedrich Wilhelm Nietzsche, nacido un 15 de octubre de 1844 en Rocken, fue un filósofo, poeta, música y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX.

Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida.

Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX.

Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos, postestructuralistas y postmodernos.

Su filosofía es netamente existencialista e introdujo dentro del contexto de su época una idea que escandalizó el pensamiento filosófico contemporáneo…

El mito del Eterno Retorno:

Esta idea tan polémica y revolucionaria (que posteriormente fue rearticulada por diferentes pensadores y llevadas a la literatura por ciertos autores famosos y renombrados como Benedetti y García Márquez) postulaba, básicamente, lo siguiente:




  • Concepción cíclica del tiempo.


  • Los acontecimientos siguen reglas de causalidad.


  • Hay un principio del tiempo y un fin... que vuelve a generar a su vez un principio.


  • Los acontecimientos se vuelven a repetir en el mismo orden, sin posibilidad de variación.


En términos concretos, todo va a repetirse un número infinito de veces.

Resulta importante considerar el alcance de esta teoría, puesto que es susceptible de ser mal interpretada. Debemos tener claro que al aceptar el “mito del Eterno Retorno”, no estamos hablando de esa idea vaga sobre la repetición de algunos hitos y sucesos puntuales, ni de la visión del mundo como algo levemente reiterativo...

La vida ciertamente puede parecernos cíclica si pensamos en momentos históricos específicos, guerras que se suceden, catástrofes naturales y revoluciones sociales.

Los mismos sucesos se dan todos los siglos, con diferentes características y particularidades, pero siempre con un factor común. Esto es algo que la mayoría de las personas podría aceptar: la literatura nos da cuenta de ello de manera clara y observable.

¿De qué tratan los libros, las novelas, los cuentos infantiles? Fuera de las decisiones estilísticas de cada autor y de los aportes que realicen gracias a su propia imaginación, la historia base es siempre la misma.

La historia de la literatura, desde tiempos inmemoriales, se ha construido en base a ciertos ejes principales:




  • el amor


  • la guerra


  • la muerte


  • los sueños


Y es que estos son conceptos que pertenecen vigentes sin importar el paso de los días, de los años, de los siglos… Como bien diría Jorge Luis Borges, conocidísimo escritor argentino, la historia de la literatura no es más que la historia de unas cuantas metáforas, que se van repitiendo y utilizando alternadamente según sea la necesidad del autor.

Hablamos entonces de una especie de “inmutabilidad de tópicos”, que se puede extrapolar a un sentido más filosófico: la vida del hombre como una sucesión de diferentes hechos, hitos y sentimientos determinados, aunque sujetos a cambios leves.

Esta concepción es bastante aceptable y no posee un carácter polémico que escandalice. Lo que inquieta y altera no es, entonces, la visión del mundo como algo reiterativo, sino mas bien la teoría particular que posee Nietzsche sobre esa misma visión. Su tesis es tan radical y extraña que difícilmente podríamos encontrarla en el inconciente colectivo de nuestra sociedad. Lo que este pensador postula no es una inofensiva sucesión de tópicos, sino que engloba mucho más:

Nietzsche concibe la historia humana como un círculo cerrado, sin posibilidad de progreso, donde todo lo ocurrido vuelve a ocurrir una vez finalizado el ciclo. Las personas que conocemos volverán a estar presentes el ciclo que viene, al igual que todo el resto de los seres, vivientes y no vivientes. Las mismas cosas volverán a ocurrir, tal y cual ya ocurrieron antes, en las mismas circunstancias y con sus mismas particularidades.

El propio filósofo escribió en su libro "La Gaya Ciencia" (1882, Alemania):


"¿Qué ocurriría si, un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: “Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión…?"

Esta inquietante hipótesis logró alterar al propio filósofo, quien no fue capaz de describirla en su totalidad. Estudios de física y revelaciones esotéricas se entrelazaron a la hora de explicar someramente esta teoría, que ciertamente no pasó de eso; un teoría.



El Eterno Retorno llegó a considerarse un mito inexplicable, magnético y atractivo que atrapa justamente por su infinita capacidad de extensión....

Dicotomía Levedad v/s Peso

El propio Kundera realiza en su obra “La Insoportable Levedad del Ser” una conceptualización del Eterno Retorno, que surge precisamente de la Aceptación y la Negación del mismo.

Se diría que:
Aceptación del mito = Concepto de PESO
Negación del mito = Concepto de Levedad


La idea del peso en oposición a la levedad da cuenta de la visión del mundo dividido en dos polos, dos polos lejanos e irreconciliables. Por lo mismo, ¿cuál debemos elegir; el peso o la levedad?
La obra hace referencia a dos puntos de vista propios de este gran dilema:
  • El filósofo pre socrático, Parménides: plantea que el mundo está dividido en dos principios contradictorios, uno positivo, y el otro negativo. Parménides encasilla a la levedad dentro del polo positivo, y al peso, en el negativo.
  • El músico contemporáneo, Beethoven: sostendría que el peso es, evidentemente, lo positivo: “Una decisión de peso va unida a la voz del destino. El peso, la necesidad y el valor, son tres conceptos internamente unidos. Sólo aquello que es necesario, tiene peso. Sólo aquello que tiene peso, vale”.


De alguna forma, el autor del texto se inclina más hacia la segunda propuesta, y es de hecho este dilema lo que conduce al título del mismo: “La Insoportable Levedad del Ser”.

Ahora, ¿por qué es insoportable lo leve? Nuestro criterio más inmediato nos indica justamente lo contrario: la ausencia de carga implica ausencia de responsabilidad, y en términos básicos, eso es netamente positivo, y por sobre todo, agradable. ¿En qué se basó Kundera para sostener algo totalmente opuesto a lo que dicta el sentido común?


“La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es, por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de vida. Cuanto más pesada sea la carga, más aras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos serán tan libres como insignificantes” (La Insoportable levedad del ser - 1895).

Siguiendo ese esquema, resulta más entendible el asociar el concepto de levedad a una vida vacía y sin sentido. La palabra insignificante adquiere aquí un rol esencial: Kundera rechaza la connotación positiva de lo “leve” por la consecuencia a largo plazo que posee sobre el hombre: vivir sin responsabilidades puede ser bastante ameno durante un tiempo, pero se llegará a un punto en qué simplemente no habrá incentivos para hacer nada.

El hombre vivirá, en un sentido básico, por inercia, sin motivación ni estímulo. Sus acciones serán, por ende, insignificantes, mediocres y sin relevancia. Por otra parte, es sabido que la presión, si bien a veces estresa, generalmente logra inducir el movimiento. La presión estimula, nos motiva y nos impulsa a realizar cosas nuevas. Bajo esa perspectiva, no parece tan extraño asimilar la idea de Kundera… Y no sólo asimilarla, sino que entenderla: Kundera no se equivocaba, y menos Beethoven, al asociar lo leve al polo negativo de esta dicotomía. Y es que es la levedad, y no el peso, lo que puede llegar a ser verdaderamente insoportable.

La negación del Eterno Retorno hace que nuestras acciones se vuelvan tan simples como insignificantes. Y en ese sentido, la desmotivación es automática, puesto que:

“una vida que no retorna es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano, y si ha sido horrorosa, bella, elevada; ese horror, esa elevación o esa belleza, nada significan” (La Insoportable Levedad del Ser - 1895).

De esta desmotivación se desprende el título mismo de la obra; la idea de una Insoportable Levedad… Y es que es el hecho de repetir lo que le otorga importancia y peso a los hechos.

Kundera se demora todo un libro en decidir su escepticismo frente a este mito existencialista. Probablemente el escritor quisiera creer en la existencia del Eterno Retorno, al igual que yo, pero la falta de fe en ella, y de datos concretos que la comprueben, nos impiden aceptarla. Si es el acto de repetir lo que le otorga valor a las cosas, entonces el hombre simplemente esta condenando a vivir sin peso, y por lo tanto, vivir en el polo negativo de la realidad. Kundera deja entrever lo que él piensa que es el “sentido trágico de la existencia humana”, y ciertamente, le creemos.

"La lamentable inexistencia del Eterno Retorno encierra toda la condena que pesa sobre el hombre. El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir” (La Insoportable Levedad del Ser - 1895).

miércoles, 12 de mayo de 2010

Eterno Retorno en Benedetti

Adaptación del cuento "Miss Amnesia", de Mario Benedetti. Cortometraje de Joaquin Baldin y Marina Bidon. Madrid, España.

http://www.literatura.us/benedetti/amnesia.html

¿Todo volverá a repetirse una y mil veces?

El Mito del Eterno Retorno (Friedrich Nietzsche) podría considerarse una propuesta inquietante y original, sin embargo, la teoría del filósofo alemán no surge más que como una respuesta a una de las tantas preguntas existencialistas del ser humano:
  • ¿Quién soy?
  • ¿De dónde vengo?
  • ¿Para qué estoy aquí?
  • ¿Cuál es mi función en la vida?
  • ¿Todo volverá a repetirse una y mil veces? Es decir, esta vida, como ya la he vivido, ¿volverá a repetirse? ¿o simplemente pasará sin dejar mayor huella?
En ese sentido, Nietzsche no hace más que retomar las creencias míticas de muchísimos pueblos antiguos:
  1. Grandes civilizaciones antiguas, como el Antiguo Egipto y la cultura griega, poseían una concepción cíclica del tiempo y creían que dicha estructura circular se repetiría de igual forma eternamente.
  2. Pueblos primitivos o agrupaciones nómades: pueblos menos civilizados cuyos habitantes vivían en un mundo de repeticiones ininterrumpidas, donde cada acto era la repetición de un acto inagurado por un tercero:

"El primitivo, el hombre arcaico, no conoce ningún acto que no haya sido planteado y vivido anteriormente por otro… Lo que él hace, ya se hizo. Su vida es la repetición ininterrumpida de gestos inaugurados por otros" (Eliade, Mircea. “El mito del Eterno Retorno”).

Ante dicha pregunta existencialista, el mito de Nietzsche surge como una "puesta en concreto" de la misma, es decir, como una descripción más detallada y concreta de lo que sería conocido actualmente como EL MITO DEL ETERNO RETORNO.

Eterno Retorno en Kundera. Levedad v/s Peso


Nietzsche postuló una de las teorías filosóficas más controversiales de la época contemporánea. Su mito del ETERNO RETORNO reorganizó el pensamiento de la época, y produjo todo un cambio en la manera de concebir el mundo.

El impacto fue tal, que muchos autores conocidos traspasaron esa “cosmovisión” a sus propias obras literarias (como Mario Benedetti o Gabriel García Márquez). Uno de ellos fue el escritor checo Milán Kundera, con su conocido libro “La insoportable levedad del Ser”.

Comenzaremos ahora una re-interpretación del mito nietzscheano, a la luz de esta polémica obra, trabajando básicamente con la actitud que se toma frente al mito, y los conceptos que se desprenden de dicha postura:
  • Aceptación del mito = concepto de PESO
  • Negación del mito = concepto de LEVEDAD

1. La aceptación de este mito existencialista presupone de inmediato una carga inmensa para la humanidad: cada acción humana repercute obligatoriamente en el futuro, lo que le otorga a la misma una connotación de responsabilidad ineludible. De esta forma, se podría decir que de la idea del Eterno Retorno se desprende el concepto de carga o peso, donde cada decisión implica hacerse responsable de ella.

KUNDERA = “en el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. La idea del eterno retorno es igual a la carga más pesada”. (La insoportable levedad del ser - 1985)

NIETZSCHE = “Si ese pensamiento se apoderase de ti, te haría experimentar, tal como eres ahora, una transformación y tal vez te trituraría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa: ¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más? pesaría sobre tu obrar como el peso más grande!”. (La Gaya Ciencia - 1882)


2. De la negación del Eterno Retorno surge la de idea de una vida donde las acciones humanas no dejan huella y carecen de importancia; una vida donde cada decisión no tiene el peso suficiente, pues algo que sólo ocurre una vez, es como si no ocurriese nunca. Las cosas que sólo ocurren una vez se olvidan fácilmente, desparecen de la faz de la tierra sin dejar una marca profunda, sin obligarnos a recordarlas eternamente. Y entendido de esa forma; si sólo pudiéramos vivir una vez la vida, sería como no haberla vivido en absoluto. De ahí se desprende, entonces, la idea de levedad, como algo ligero que se desvanece, que se escapa de las manos y de la necesidad de recordar. El autor se refiere al tema predicho comparando la vida sin peso con un boceto para nada:

“El hombre lo vive todo a la primera, y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto… un boceto para nada, un borrador sin cuadro” (La Insoportable levedad del ser - 1895).


Ya aclarados los conceptos esenciales, intentaremos asociar los términos Levedad y Peso a cada personaje principal; Tomás y Teresa. En términos concretos, la asociación sería asi:

  • Tomás = Levedad
  • Teresa = Peso

El perfil de TOMAS guarda una correspondencia casi total con el clásico estereotipo mujeriego al que nos tiene acostumbrada la literatura y el cine de la época. Un Don Juan moderno con miedo al compromiso, que si bien se siente fuertemente atraído por Teresa, no es capaz de renunciar a su libertad física por ella.

TERESA es relativamente fácil de clasificar también: mujer vulnerable con necesidad de cariño y cuidado, que se entrega en cuerpo y alma a su pareja estable y que, ingenuamente, espera recibir lo mismo a cambio.

El apego y no-apego a la idea de exclusividad será el punto de discordia entre los ambos personajes.


Tomás estaba totalmente acostumbrado a no preocuparse por las cosas trascendentales de la vida. Esto, hasta que conoce a Teresa. Conocerla a ella marca un hito en su vida sentimental, originándose en él la primera interrogante fundamental: ¿resulta lógico separar amor de placer sexual?

Tomás oscila entre la entrega absoluta a su mujer y la satisfacción transitoria que le generan sus demás encuentros casuales. Es esta disyuntiva la que hace surgir la distinción: Tomás quiere un compromiso con Teresa que no implique renunciar a la pertenencia física de otras mujeres. En términos prácticos, Tomás quiere un compromiso sin responsabilidad. Y lo que es lo mismo, un compromiso sin carga ni peso. Teresa, por el contrario, quiere ofrecérsele por entero, aceptando el riesgo de sacrificar su vida en pos de un ideal. La mujer le ofrece toda su vida, lo que implica, lógicamente, un peso enorme para Tomás.


Podemos concluir, entonces, la distinción más importante: Teresa es el peso, Tomás lo leve. Esta distinción es totalmente concluyente y se vuelve esencial, pues a la vez separa el cuerpo del alma: Alma y peso van unidos, mientras que el cuerpo se aferra inevitablemente a la levedad.

  • Alma = Peso: el alma incluye una disposición estable y duradera a la afectividad, e implica una valoración profunda del otro. Los sentimientos propios de Teresa no son algo repentino ni fugaz, sino algo así como una enfermedad crónica. Sus sentimientos permanecen en el tiempo, le dan sustento (y peso) a la relación.
  • Cuerpo = Levedad: Muy por el contrario, el cuerpo corresponde a una disposición estable hacia lo fisiológico, lo orgánico o biológico, aquello que irremediablemente se acaba, se extingue. Es un estado transitorio, intenso y pasional. Tomás buscaba relaciones pasajeras, algo ligero que interrumpiera la monotonía de sus días. Cada uno de sus encuentros esporádicos marcaba el día, pero no la vida de Tomás. Eran encuentros que no dejaban huella, eran encuentros inevitablemente leves.

EN DEFINITIVA:

  • Tomás = Levedad = Cuerpo
  • Teresa = Peso = Alma

Si bien cada personaje se encuentra representado específicamente en cuerpo y en alma, sólo Tomás establece una separación clara entre ellos al momento de entablar relaciones. Él simplemente no tiene problemas al comprometerse sentimentalmente con Teresa y al mismo tiempo, establecer una conexión física con diferentes mujeres.

Sin embargo, y muy en contra de lo que podría pensarse, este hombre se percata de la necesidad urgente de cesar con su doble juego… ¿Qué motiva su propósito? Podemos conjeturar que probablemente, sea la compasión lo que lleva a Tomás a abandonar a sus “amistades eróticas”.

La compasión se había convertido en su maldición: compadecía a Teresa y se sentía incapaz de seguir dañándola... El hecho de ser él mismo quien daña a la mujer que quiere lo lleva a lidiar con un insoportable sentimiento de culpa. Culpabilidad que se traduce en este caso, en una sensación de peso. Y es en ese sentido en el que Tomás concluye: “No hay nada más pesado que la compasión”.

Esta declaración es particularmente importante: Tomás asume su levedad, pero al mismo tiempo asume que siente una compasión inmensa hacia Teresa. Al unir lo leve con la compasión, el personaje está haciendo de su propia levedad (su tendencia a compartir sexualmente con otras mujeres), la carga más pesada.